viernes, 25 de abril de 2014

Carta a las mujeres


Carta del Papa Juan Pablo II , 1995, con motivo de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, en Pekín
Autor: SS Juan Pablo II | Fuente:

A vosotras, mujeres del mundo entero, os doy mi más cordial saludo:

1. A cada una de vosotras dirijo esta carta con el objeto de compartir y manifestar gratitud, en la proximidad de la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer, que tendrá lugar en Pekín el próximo mes de septiembre.

La Iglesia quiere ofrecer también su contribución en defensa de la dignidad, papel y derechos de las mujeres, no sólo a través de la aportación específica de la Delegación oficial de la Santa Sede a los trabajos de Pekín, sino también hablando directamente al corazón y a la mente de todas las mujeres. Ante todo deseo expresar mi vivo reconocimiento a la Organización de las Naciones Unidas, que ha promovido tan importante iniciativa. La Iglesia quiere ofrecer también su contribución en defensa de la dignidad, papel y derechos de las mujeres, no sólo a través de la aportación específica de la Delegación oficial de la Santa Sede a los trabajos de Pekín, sino también hablando directamente al corazón y a la mente de todas las mujeres. Recientemente, con ocasión de la visita que la Señora Gertrudis Mongella, Secretaria General de la Conferencia, me ha hecho precisamente con vistas a este importante encuentro, le he entregado un Mensaje en el que se recogen algunos puntos fundamentales de la enseñanza de la Iglesia al respecto. Es un mensaje que, más allá de la circunstancia específica que lo ha inspirado, se abre a la perspectiva más general de la realidad y de los problemas de las mujeres en su conjunto, poniéndose al servicio de su causa en la Iglesia y en el mundo contemporáneo. Por lo cual he dispuesto que se enviara a todas las Conferencias Episcopales, para asegurar su máxima difusión.

Refiriéndome a lo expuesto en dicho documento,quiero ahora dirigirme directamente a cada mujer, para reflexionar con ella sobre sus problemas y las perspectivas de la condición femenina en nuestro tiempo, deteniéndome en particular sobre el tema esencial de la dignidad y de los derechos de las mujeres, considerados a la luz de la Palabra de Dios.

El punto de partida de este diálogo ideal no es otro que dar gracias. "La Iglesia -- escribía en la Carta apostólica Mulieris dignitatem -- desea dar gracias a la Santísima Trinidad por el misterio de la mujer´ y por cada mujer, por lo que constituye la medida eterna de su dignidad femenina, por las maravillas de Dios´, que en la historia de la humanidad se han realizado en ella y por ella" (n. 31).

2. Dar gracias al Señor por su designio sobre la vocación y la misión de la mujer en el mundo se convierte en un agradecimiento concreto y directo a las mujeres, a cada mujer, por lo que representan en la vida de la humanidad.

Te doy gracias, mujer-madre, que te conviertes en seno del ser humano con la alegría y los dolores de parto de una experiencia única, la cual te hace sonrisa de Dios para el niño que viene a la luz y te hace guía de sus primeros pasos, apoyo de su crecimiento, punto de referencia en el posterior camino de la vida.

Te doy gracias, mujer-esposa, que unes irrevocablemente tu destino al de un hombre, mediante una relación de recíproca entrega, al servicio de la comunión y de la vida.

Te doy gracias, mujer-hija y mujer-hermana, que aportas al núcleo familiar y también al conjunto de la vida social las riquezas de tu sensibilidad, intuición, generosidad y constancia.

Te doy gracias, mujer-trabajadora, que participas en todos los ámbitos de la vida social, económica, cultural, artística y política, mediante la indispensable aportación que das a la elaboración de una cultura capaz de conciliar razón y sentimiento, a una concepción de la vida siempre abierta al sentido del "misterio", a la edificación de estructuras económicas y políticas más ricas de humanidad.

Te doy gracias, mujer-consagrada, que a ejemplo de la más grande de las mujeres, la Madre de Cristo, Verbo encarnado, te abres con docilidad y fidelidad al amor de Dios, ayudando a la Iglesia y a toda la humanidad a vivir para Dios una respuesta "esponsal", que expresa maravillosamente la comunión que El quiere establecer con su criatura.

Te doy gracias, mujer, ¡por el hecho mismo de ser mujer! Con la intuición propia de tu femineidad enriqueces la comprensión del mundo y contribuyes a la plena verdad de las relaciones humanas.

3. Pero dar gracias no basta, lo sé.

Por desgracia somos herederos de una historia de enormes condicionamientos que, en todos los tiempos y en cada lugar, han hecho difícil el camino de la mujer, despreciada en su dignidad, olvidada en sus prerrogativas, marginada frecuentemente e incluso reducida a esclavitud.

Esto le ha impedido ser profundamente ella misma y ha empobrecido la humanidad entera de auténticas riquezas espirituales. No sería ciertamente fácil señalar responsabilidades precisas, considerando la fuerza de las sedimentaciones culturales que, a lo largo de los siglos, han plasmado mentalidades e instituciones. Pero si en esto no han faltado, especialmente en determinados contextos históricos, responsabilidades objetivas incluso en no pocos hijos de la Iglesia, lo siento sinceramente. Que este sentimiento se convierta para toda la Iglesia en un compromiso de renovada fidelidad a la inspiración evangélica, que precisamente sobre el tema de la liberación de la mujer de toda forma de abuso y de dominio tiene un mensaje de perenne actualidad, el cual brota de la actitud misma de Cristo. El, superando las normas vigentes en la cultura de su tiempo, tuvo en relación con las mujeres una actitud de apertura, de respeto, de acogida y de ternura. De este modo honraba en la mujer la dignidad que tiene desde siempre, en el proyecto y en el amor de Dios. Mirando hacia El, al final de este segundo milenio, resulta espontáneo preguntarse: ¿qué parte de su mensaje ha sido comprendido y llevado a término?

Ciertamente, es la hora de mirar con la valentía de la memoria, y reconociendo sinceramente las responsabilidades, la larga historia de la humanidad, a la que las mujeres han contribuido no menos que los hombres, y la mayor parte de las veces en condiciones bastante más adversas. Pienso, en particular, en las mujeres que han amado la cultura y el arte, y se han dedicado a ello partiendo con desventaja, excluidas a menudo de una educación igual, expuestas a la infravaloración, al desconocimiento e incluso al despojo de su aportación intelectual. Por desgracia, de la múltiple actividad de las mujeres en la historia ha quedado muy poco que se pueda recuperar con los instrumentos de la historiografía científica. Por suerte, aunque el tiempo haya enterrado sus huellas documentales, sin embargo se percibe su influjo benéfico en la linfa vital que conforma el ser de las generaciones que se han sucedido hasta nosotros. Respecto a esta grande e inmensa " tradición " femenina, la humanidad tiene una deuda incalculable.

¡Cuántas mujeres han sido y son todavía más tenidas en cuenta por su aspecto físico que por su competencia, profesionalidad, capacidad intelectual, riqueza de su sensibilidad y en definitiva por la dignidad misma de su ser!

4. ¿Y qué decir también de los obstáculos que, en tantas partes del mundo, impiden aún a las mujeres su plena inserción en la vida social, política y económica? Baste pensar en cómo a menudo es penalizado, más que gratificado, el don de la maternidad, al que la humanidad debe también su misma supervivencia. Ciertamente, aún queda mucho por hacer para que el ser mujer y madre no comporte una discriminación. Es urgente alcanzar en todas partes la efectiva igualdad de los derechos de la persona y por tanto igualdad de salario respecto a igualdad de trabajo, tutela de la trabajadora-madre, justas promociones en la carrera, igualdad de los esposos en el derecho de familia, reconocimiento de todo lo que va unido a los derechos y deberes del ciudadano en un régimen democrático.

Se trata de un acto de justicia, pero también de una necesidad. Los graves problemas sobre la mesa, en la política del futuro, verán a la mujer comprometida cada vez más: tiempo libre, calidad de la vida, migraciones, servicios sociales, eutanasia, droga, sanidad y asistencia, ecología, etc. Para todos estos campos será preciosa una mayor presencia social de la mujer, porque contribuirá a manifestar las contradicciones de una sociedad organizada sobre puros criterios de eficiencia y productividad, y obligará a replantear los sistemas en favor de los procesos de humanización que configuran la "civilización del amor".

5. Mirando también uno de los aspectos más delicados de la situación femenina en el mundo, ¿cómo no recordar la larga y humillante historia -- a menudo "subterránea" -- de abusos cometidos contra las mujeres en el campo de la sexualidad? A las puertas del tercer milenio no podemos permanecer impasibles y resignados ante este fenómeno. Es hora de condenar con determinación, empleando los medios legislativos apropiados de defensa, las formas de violencia sexual que con frecuencia tienen por objeto a las mujeres. En nombre del respeto de la persona no podemos además no denunciar la difundida cultura hedonista y comercial que promueve la explotación sistemática de la sexualidad, induciendo a chicas incluso de muy joven edad a caer en los ambientes de la corrupción y hacer un uso mercenario de su cuerpo. Ante estas perversiones, cuánto reconocimiento merecen en cambio las mujeres que, con amor heroico por su criatura, llevan a término un embarazo derivado de la injusticia de relaciones sexuales impuestas con la fuerza; y esto no sólo en el conjunto de las atrocidades que por desgracia tienen lugar en contextos de guerra todavía tan frecuentes en el mundo, sino también en situaciones de bienestar y de paz, viciadas a menudo por una cultura de permisivismo hedonístico, en que prosperan también más fácilmente tendencias de machismo agresivo. En semejantes condiciones, la opción del aborto, que es siempre un pecado grave, antes de ser una responsabilidad de las mujeres, es un crimen imputable al hombre y a la complicidad del ambiente que lo rodea.

6. Mi « gratitud » a las mujeres se convierte pues en una llamada apremiante, a fin de que por parte de todos, y en particular por parte de los Estados y de las instituciones internacionales, se haga lo necesario para devolver a las mujeres el pleno respeto de su dignidad y de su papel. A este propósito expreso mi admiración hacia las mujeres de buena voluntad que se han dedicado a defender la dignidad de su condición femenina mediante la conquista de fundamentales derechos sociales, económicos y políticos, y han tomado esta valiente iniciativa en tiempos en que este compromiso suyo era considerado un acto de transgresión, un signo de falta de femineidad, una manifestación de exhibicionismo, y tal vez un pecado.
Como expuse en el Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, mirando este gran proceso de liberación de la mujer, se puede decir que « ha sido un camino difícil y complicado y, alguna vez, no exento de errores, aunque sustancialmente positivo, incluso estando todavía incompleto por tantos obstáculos que, en varias partes del mundo, se interponen a que la mujer sea reconocida, respetada y valorada en su peculiar dignidad » (n. 4).
¡Es necesario continuar en este camino! Sin embargo estoy convencido de que el secreto para recorrer libremente el camino del pleno respeto de la identidad femenina no está solamente en la denuncia, aunque necesaria, de las discriminaciones y de las injusticias, sino también y sobre todo en un eficaz e ilustrado proyecto de promoción, que contemple todos los ámbitos de la vida femenina, a partir de una renovada y universal toma de conciencia de la dignidad de la mujer. A su reconocimiento, no obstante los múltiples condicionamientos históricos, nos lleva la razón misma, que siente la Ley de Dios inscrita en el corazón de cada hombre. Pero es sobre todo la Palabra de Dios la que nos permite descubrir con claridad el radical fundamento antropológico de la dignidad de la mujer, indicándonoslo en el designio de Dios sobre la humanidad.

7. Permitidme pues, queridas hermanas, que medite de nuevo con vosotras sobre la maravillosa página bíblica que presenta la creación del ser humano, y que dice tanto sobre vuestra dignidad y misión en el mundo.
El Libro del Génesis habla de la creación de modo sintético y con lenguaje poético y simbólico, pero profundamente verdadero: « Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó: varón y mujer los creó » (Gn 1, 27). La acción creadora de Dios se desarrolla según un proyecto preciso. Ante todo, se dice que el ser humano es creado « a imagen y semejanza de Dios » (cf. Gn 1, 26), expresión que aclara en seguida el carácter peculiar del ser humano en el conjunto de la obra de la creación.
Se dice además que el ser humano, desde el principio, es creado como « varón y mujer » (Gn 1, 27). La Escritura misma da la interpretación de este dato: el hombre, aun encontrándose rodeado de las innumerables criaturas del mundo visible, ve que está solo (cf. Gn 2, 20). Dios interviene para hacerlo salir de tal situación de soledad: « No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada » (Gn 2, 18). En la creación de la mujer está inscrito, pues, desde el inicio el principio de la ayuda: ayuda —mírese bien— no unilateral, sino recíproca. La mujer es el complemento del hombre, como el hombre es el complemento de la mujer: mujer y hombre son entre sí complementarios. La femineidad realiza lo « humano » tanto como la masculinidad, pero con una modulación diversa y complementaria.
Cuando el Génesis habla de « ayuda », no se refiere solamente al ámbito del obrar, sino también al del ser. Femineidad y masculinidad son entre sí complementarias no sólo desde el punto de vista físico y psíquico, sino ontológico. Sólo gracias a la dualidad de lo « masculino » y de lo « femenino » lo « humano » se realiza plenamente.

8. Después de crear al ser humano varón y mujer, Dios dice a ambos: « Llenad la tierra y sometedla » (Gn 1, 28). No les da sólo el poder de procrear para perpetuar en el tiempo el género humano, sino que les entrega también la tierra como tarea, comprometiéndolos a administrar sus recursos con responsabilidad. El ser humano, ser racional y libre, está llamado a transformar la faz de la tierra. En este encargo, que esencialmente es obra de cultura, tanto el hombre como la mujer tienen desde el principio igual responsabilidad. En su reciprocidad esponsal y fecunda, en su común tarea de dominar y someter la tierra, la mujer y el hombre no reflejan una igualdad estática y uniforme, y ni siquiera una diferencia abismal e inexorablemente conflictiva: su relación más natural, de acuerdo con el designio de Dios, es la « unidad de los dos », o sea una « unidualidad » relacional, que permite a cada uno sentir la relación interpersonal y recíproca como un don enriquecedor y responsabilizante.
A esta « unidad de los dos » confía Dios no sólo la obra de la procreación y la vida de la familia, sino la construcción misma de la historia. Si durante el Año internacional de la Familia, celebrado en 1994, se puso la atención sobre la mujer como madre, la Conferencia de Pekín es la ocasión propicia para una nueva toma de conciencia de la múltiple aportación que la mujer ofrece a la vida de todas las sociedades y naciones. Es una aportación, ante todo, de naturaleza espiritual y cultural, pero también socio-política y económica. ¡Es mucho verdaderamente lo que deben a la aportación de la mujer los diversos sectores de la sociedad, los Estados, las culturas nacionales y, en definitiva, el progreso de todo el genero humano!

9. Normalmente el progreso se valora según categorías científicas y técnicas, y también desde este punto de vista no falta la aportación de la mujer. Sin embargo, no es ésta la única dimensión del progreso, es más, ni siquiera es la principal. Más importante es la dimensión ética y social, que afecta a las relaciones humanas y a los valores del espíritu: en esta dimensión, desarrollada a menudo sin clamor, a partir de las relaciones cotidianas entre las personas, especialmente dentro de la familia, la sociedad es en gran parte deudora precisamente al « genio de la mujer ».

A este respecto, quiero manifestar una particular gratitud a las mujeres comprometidas en los más diversos sectores de la actividad educativa, fuera de la familia: asilos, escuelas, universidades, instituciones asistenciales, parroquias, asociaciones y movimientos. Donde se da la exigencia de un trabajo formativo se puede constatar la inmensa disponibilidad de las mujeres a dedicarse a las relaciones humanas, especialmente en favor de los más débiles e indefensos. En este cometido manifiestan una forma de maternidad afectiva, cultural y espiritual, de un valor verdaderamente inestimable, por la influencia que tiene en el desarrollo de la persona y en el futuro de la sociedad. ¿Cómo no recordar aquí el testimonio de tantas mujeres católicas y de tantas Congregaciones religiosas femeninas que, en los diversos continentes, han hecho de la educación, especialmente de los niños y de las niñas, su principal servicio? Cómo no mirar con gratitud a todas las mujeres que han trabajado y siguen trabajando en el campo de la salud, no sólo en el ámbito de las instituciones sanitarias mejor organizadas, sino a menudo en circunstancias muy precarias, en los Países más pobres del mundo, dando un testimonio de disponibilidad que a veces roza el martirio?

10. Deseo pues, queridas hermanas, que se reflexione con mucha atención sobre el tema del « genio de la mujer », no sólo para reconocer los caracteres que en el mismo hay de un preciso proyecto de Dios que ha de ser acogido y respetado, sino también para darle un mayor espacio en el conjunto de la vida social así como en la eclesial. Precisamente sobre este tema, ya tratado con ocasión del Año Mariano, tuve oportunidad de ocuparme ampliamente en la citada Carta apostólica Mulieris dignitatem, publicada en 1988. Este año, además, con ocasión del Jueves Santo, a la tradicional Carta que envío a los sacerdotes he querido agregar idealmente la Mulieris dignitatem, invitándoles a reflexionar sobre el significativo papel que la mujer tiene en sus vidas como madre, como hermana y como colaboradora en las obras apostólicas. Es ésta otra dimensión, —diversa de la conyugal, pero asimismo importante— de aquella « ayuda » que la mujer, según el Génesis, está llamada a ofrecer al hombre.
La Iglesia ve en María la máxima expresión del « genio femenino » y encuentra en Ella una fuente de continua inspiración. María se ha autodefinido « esclava del Señor » (Lc 1, 38). Por su obediencia a la Palabra de Dios Ella ha acogido su vocación privilegiada, nada fácil, de esposa y de madre en la familia de Nazaret. Poniéndose al servicio de Dios, ha estado también al servicio de los hombres: un servicio de amor. Precisamente este servicio le ha permitido realizar en su vida la experiencia de un misterioso, pero auténtico « reinar ». No es por casualidad que se la invoca como « Reina del cielo y de la tierra ». Con este título la invoca toda la comunidad de los creyentes, la invocan como « Reina » muchos pueblos y naciones. ¡Su « reinar » es servir! ¡Su servir es « reinar »!

De este modo debería entenderse la autoridad, tanto en la familia como en la sociedad y en la Iglesia. El « reinar » es la revelación de la vocación fundamental del ser humano, creado a « imagen » de Aquel que es el Señor del cielo y de la tierra, llamado a ser en Cristo su hijo adoptivo. El hombre es la única criatura sobre la tierra que « Dios ha amado por sí misma », como enseña el Concilio Vaticano II, el cual añade significativamente que el hombre « no puede encontrarse plenamente a sí mismo sino en la entrega sincera de sí mismo » (Gaudium et spes, 24).

En esto consiste el « reinar » materno de María. Siendo, con todo su ser, un don para el Hijo, es un don también para los hijos e hijas de todo el género humano, suscitando profunda confianza en quien se dirige a Ella para ser guiado por los difíciles caminos de la vida al propio y definitivo destino trascendente. A esta meta final llega cada uno a través de las etapas de la propia vocación, una meta que orienta el compromiso en el tiempo tanto del hombre como de la mujer.

11. En este horizonte de « servicio » —que, si se realiza con libertad, reciprocidad y amor, expresa la verdadera « realeza » del ser humano— es posible acoger también, sin desventajas para la mujer, una cierta diversidad de papeles, en la medida en que tal diversidad no es fruto de imposición arbitraria, sino que mana del carácter peculiar del ser masculino y femenino. Es un tema que tiene su aplicación específica incluso dentro de la Iglesia. Si Cristo —con una elección libre y soberana, atestiguada por el Evangelio y la constante tradición eclesial— ha confiado solamente a los varones la tarea de ser «icono » de su rostro de « pastor » y de « esposo » de la Iglesia a través del ejercicio del sacerdocio ministerial, esto no quita nada al papel de la mujer, así como al de los demás miembros de la Iglesia que no han recibido el orden sagrado, siendo por lo demás todos igualmente dotados de la dignidad propia del « sacerdocio común », fundamentado en el Bautismo. En efecto, estas distinciones de papel no deben interpretarse a la luz de los cánones de funcionamiento propios de las sociedades humanas, sino con los criterios específicos de la economía sacramental, o sea, la economía de « signos » elegidos libremente por Dios para hacerse presente en medio de los hombres.
Por otra parte, precisamente en la línea de esta economía de signos, incluso fuera del ámbito sacramental, hay que tener en cuenta la « femineidad » vivida según el modelo sublime de María. En efecto, en la « femineidad » de la mujer creyente, y particularmente en el de la « consagrada », se da una especie de « profecía » inmanente (cf. Mulieris dignitatem, 29), un simbolismo muy evocador, podría decirse un fecundo « carácter de icono », que se realiza plenamente en María y expresa muy bien el ser mismo de la Iglesia como comunidad consagrada totalmente con corazón « virgen », para ser « esposa » de Cristo y « madre » de los creyentes. En esta perspectiva de complementariedad « icónica » de los papeles masculino y femenino se ponen mejor de relieve las dos dimensiones imprescindibles de la Iglesia: el principio « mariano » y el « apostólico-petrino » (cf. ibid., 27).
Por otra parte —lo recordaba a los sacerdotes en la citada Carta del Jueves Santo de este año— el sacerdocio ministerial, en el plan de Cristo « no es expresión de dominio, sino de servicio » (n. 7). Es deber urgente de la Iglesia, en su renovación diaria a la luz de la Palabra de Dios, evidenciar esto cada vez más, tanto en el desarrollo del espíritu de comunión y en la atenta promoción de todos los medios típicamente eclesiales de participación, como a través del respeto y valoración de los innumerables carismas personales y comunitarios que el Espíritu de Dios suscita para la edificación de la comunidad cristiana y el servicio a los hombres.
En este amplio ámbito de servicio, la historia de la Iglesia en estos dos milenios, a pesar de tantos condicionamientos, ha conocido verdaderamente el « genio de la mujer », habiendo visto surgir en su seno mujeres de gran talla que han dejado amplia y beneficiosa huella de sí mismas en el tiempo. Pienso en la larga serie de mártires, de santas, de místicas insignes. Pienso de modo especial en santa Catalina de Siena y en santa Teresa de Jesús, a las que el Papa Pablo VI concedió el título de Doctoras de la Iglesia. Y ¿cómo no recordar además a tantas mujeres que, movidas por la fe, han emprendido iniciativas de extraordinaria importancia social especialmente al servicio de los más pobres? En el futuro de la Iglesia en el tercer milenio no dejarán de darse ciertamente nuevas y admirables manifestaciones del « genio femenino ».

12. Vosotras veis, pues, queridas hermanas, cuántos motivos tiene la Iglesia para desear que, en la próxima Conferencia, promovida por las Naciones Unidas en Pekín, se clarifique la plena verdad sobre la mujer. Que se dé verdaderamente su debido relieve al « genio de la mujer », teniendo en cuenta no sólo a las mujeres importantes y famosas del pasado o las contemporáneas, sino también a las sencillas, que expresan su talento femenino en el servicio de los demás en lo ordinario de cada día. En efecto, es dándose a los otros en la vida diaria como la mujer descubre la vocación profunda de su vida; ella que quizá más aún que el hombre ve al hombre, porque lo ve con el corazón. Lo ve independientemente de los diversos sistemas ideológicos y políticos. Lo ve en su grandeza y en sus límites, y trata de acercarse a él y serle de ayuda. De este modo, se realiza en la historia de la humanidad el plan fundamental del Creador e incesantemente viene a la luz, en la variedad de vocaciones, la belleza —no solamente física, sino sobre todo espiritual— con que Dios ha dotado desde el principio a la criatura humana y especialmente a la mujer.
Mientras confío al Señor en la oración el buen resultado de la importante reunión de Pekín, invito a las comunidades eclesiales a hacer del presente año una ocasión para una sentida acción de gracias al Creador y al Redentor del mundo precisamente por el don de un bien tan grande como es el de la femineidad: ésta, en sus múltiples expresiones, pertenece al patrimonio constitutivo de la humanidad y de la misma Iglesia.

Que María, Reina del amor, vele sobre las mujeres y sobre su misión al servicio de la humanidad, de la paz y de la extensión del Reino de Dios.
Con mi Bendición.

Vaticano, 29 de junio, solemnidad de los santos Pedro y Pablo, del año 1995.

martes, 22 de abril de 2014

El Dia de la Tierra


El siguiente articulo fue elaborado por varios contribuyentes de Mercatornet
http://www.mercatornet.com/articles/view/earth_day_eco_villains_our_top_10

Traducción: Liliana Cote de Bejarano



Es el Día de la Tierra una vez más, una ocasión en la que reflexionamos sobre nuestros pecados contra el medio ambiente y hacemos propósitos para limpiar nuestros actos. Estamos familiarizados con lo mismo de siempre: la superpoblación, las compañías petroleras, la superpoblación, el chocolate, los ganaderos, la industria del carbón... y no he mencionado la ¿superpoblación ?

Bueno, olvide todo eso. Aquí están los 10 eco- villanos de Mercatornet, la mayoría de ellos saliéndose con la suya  matando el medio ambiente, hasta la fecha.

1 . Baja población. Impulsado por el mito de la  sobrepoblación, las  tasas de natalidad de en todo el mundo, con muy pocas excepciones están cayendo. Sólo tres países occidentales tienen tasas de fertilidad total de alrededor de 2 hijos por mujer ( "sustitución " ) y muchos países en desarrollo también están por debajo de esa cifra. Varios países de Europa del Este y Asia tienen una TFR inferior than1.4. Nadie sabe cómo llevar la tasa de natalidad de nuevo a 2 una vez que ha caído tan bajo. ¿Es esto bueno para el medio ambiente? No. He aquí por qué.

2 . Las grandes ciudades. Las familias pequeñas y personas sin hijos se amontonan en las grandes ciudades, que engullen los terrenos y el bosque, destruyen el hábitat de los animales, contaminan el aire y el curso del agua , y crean enormes problemas de eliminación de residuos que requieren soluciones de energía intensiva. Incluso cuando estas cosas están bajo control, como en las grandes capitales occidentales, el crecimiento continuo exige grandes proyectos de infraestructura - túneles, puentes, aeropuertos, sistemas de transporte público, alcantarillado... que exigen cantidades igualmente masivas de materias primas y energía , y tienen que ser periódicamente renovadas . Y sólo hay que mirar a China y sus muy contaminadas mega ciudades para ver cuáles son los efectos de las políticas de reducción de la población en  el tercer mundo .

3 . Consumismo. Las poblaciones que se adhieren a la norma de la familia pequeña consumen más por persona. Las personas tienen más ingresos disponibles, que lo gastan en bienes de lujo con grandes impactos ambientales : el transporte aéreo , los coches más potentes ( porque nadie toma el tren todo el tiempo) , múltiples electrodomésticos , aparatos electrónicos, incluyendo pantallas táctiles que requieren raros minerales de tierras minadas o del fondo del océano. La gente puede permitirse el lujo de comprar más de lo que necesitan y desperdiciar más, especialmente en la alimentación. Aun cuando los individuos o las familias sean relativamente pobres a menudo imitan los hábitos de los ciudadanos más ricos y jugarán y se endeudaran para aumentar su gasto en artículos de lujo.

4. Vivir Solo. El divorcio, la postergación del matrimonio y vivir soltero han incrementado en la era de pánico explosión demográfica y control de la natalidad generalizada. En Europa, el número de personas que viven solas ha aumentado en un 80 por ciento durante los últimos 15 años. Personas mayores viudas constituyen una parte importante de los solos, pero es menos probable que se muden con los hijos adultos que viven en viviendas de la ciudad pequeña , especialmente si la familia es inestable.

Los hombres y las mujeres les resulta más difícil comprometerse el uno al otro o para mantener su compromiso, y el aumento de la independencia económica de las mujeres ha facilitado rupturas. Las parejas que cohabitan también tienen más probabilidades de separarse que las casadas. Rupturas matrimoniales o de uniones libres aumentan el número de personas que viven solas , al menos temporalmente , y por lo tanto la demanda de más unidades de vivienda y bienes y servicios para el hogar. Hogares unipersonales son los mayores consumidores de energía, la tierra y los de bienes del hogar.

5 . Gobierno grande. Las familias pequeñas y personas solas que viven en las grandes ciudades son más propensos que sus antepasados
​​más fértiles, a depender del gobierno para apoyarlos en los momentos de dificultad o de la dependencia y proveer para sus necesidades de educación, salud y jubilación . El crecimiento del estado de bienestar trae consigo una vasta burocracia de personas que viajan a sus oficinas todos los días para tirar de las palancas de cualquier programa que están administrando. Piense en su huella de carbono a medida que se desplazan diariamente en tren o en coche, y de las reuniones y conferencias de las voladas de la capa gerencial frecuentes.

6. El café. Como se puede ver de lo anterior, hay un pecado original, una fuente básica de la villanía contra el ecosistema en nuestra era, y no sería difícil demostrar efectos más abajo. Sin embargo, voy a mencionar sólo uno más antes de pasar a otros culpables. En Occidente, al menos, el consumo de café ha aumentado en proporción inversa al tamaño medio de la familia. Además de reducir directamente la fertilidad, la dosis diaria de café es una de las cosas más comunes en que la gente tira su dinero  que le sobra que cuando tienen dos o menos pequeñas bocas que alimentar.

No es de extrañar , entonces, que este oro líquido es segundo producto más comercializable del mundo después del petróleo ( y sabemos lo malo que es eso) , lo que lleva a la extinción de grandes extensiones de bosques para el cultivo de café cultivado al sol . Cultivo al sol implica la deforestación , la contaminación del agua , el uso de agro -químicos, grandes cantidades de residuos, y el empobrecimiento de los suelos. Usted podría reducir su huella de café mediante la búsqueda de un café usando la variedad de sombra. Buena suerte con eso .

Ahora, aquí hay algunos otros candidatos para la lista de 10 mejores eco- villanos, presentadas por los contribuyentes Mercatornet :

7 . El  estado del tiempo en los Estados Unidos. De acuerdo con la Administracion Nacional de Oceanos y la Atmosfera de EE.UU., febrero del 2014 se enlista como número  37 para febrero más frío registrado en todo el país .
A pesar de la llegada de la primavera, el apretón de hielo del invierno todavía conserva un dominio absoluto sobre gran parte del Medio Oeste y el Nordeste. La temporada de invierno 2013-14 es uno de los inviernos más fríos en 20 años. ¿Cómo vamos a hacer del calentamiento global un tema no discutible, cuando el tiempo sigue arruinando la narrativa ? ! ~ Mateo Mehan, en Washington

8 . Las personas que no les gusta estar frías (y esa es la mayoría de nosotros) . Mi candidato para los eco- villanos son personas que no entienden la base fundamental de la densidad de población, y por lo tanto despotrican sobre el "problema" de que los países cálidos son superpoblados  y contaminados, y todas las de más cosas " que " deben hacer para adelgazar la multitud. ¿Nosotros? Aquí hayun montón de mapas de densidad de población humana del mundo. Mi país es el área gris grande, vacía en la parte superior izquierda. Ahora aquí está un mapa del mundo  con el rango de temperatura promedio anual. Mi país es la gran mancha azul en la parte superior izquierda, el cubo de hielo sin derretirse en tu bebida . ¿Coincidencia?

Sin embargo los seres humanos llegaron a existir, un hecho intemporal  es que nos gusta el calor. Y húmedo. Nosotros decimos que no, pero es obvio que lo hacemos. Eco- villanos, igualando las cosas. Muévase al norte de Canadá. Abraza el congelado. La Cámara de Comercio de Snowdrifts, Yukon, le dará la bienvenida con los brazos abiertos. Él te ama. Él te perdona. Él está realmente cansado de estar solo allá arriba. ~ Denyse O'Leary es un periodista canadiense, autor y blogger.

9. Facebook . El consumo de electricidad de todos los centros de datos para el ecosistema de comunicaciones de tecnología de información (TIC ) ocupa el puesto número 12- si se tratara de un  país en el mundo . Hace tres años, sólo habría clasificado al puesto 22. Cada uno de sus mensajes en Facebook , cada una de las búsquedas de Google , utiliza energia. Y ya que gran parte de ese poder proviene del carbón, se está añadiendo al efecto invernadero. Incluso Facebook admite que sólo el 19 por ciento de su matriz energética en 2012 provino de fuentes limpias y renovables. ¿Qué hay de tu teléfono móvil? Claro, el teléfono no utiliza mucha energía, pero la creación de la infraestructura para redes móviles lo hace. El tráfico móvil total ha aumentado más de 400 veces desde 2007, y no hay indicios de que va a detenerse. Si usted es realmente sincero sobre la reducción de gases de efecto invernadero, la promesa de un puesto al día, una búsqueda de un día, una llamada de teléfono al día. ¡Vamos! ¡Hazlo ahora! ~ Michael Cook

10 . Al Gore. Hace un año, Google patrocinó una cumbre sobre "Cuan verde es el Internet? " Al Gore fue el orador principal. ¿Cuál fue la huella de carbono de volar Al Gore a Mountain View, California? De hecho, la pregunta incómoda es por se invita a Al Gore a cualquier lugar? ¿Por qué no verlo en Skype? En momentos en que estamos tratando desesperadamente de reducir las emisiones de los centros de datos de Internet, parece casi obsceno aumentarlos con el fin de oír al hombre que los inventó . ~ Michael Cook

jueves, 17 de abril de 2014

Resucitar



Resucitar 

Por: Padre Javier Albizu


Resucitar cada uno con el corazón es descubrir que en la tumba no acaba nuestra suerte, es sentir las manos llenas de un gozo que no miente, es dejar fluir la vida como un agua de vertiente, es repartir los cinco panes entre un millar de gente. Resucitar con el corazón es saberse regalado cuando nadie así lo entiende, es verse perdonado cuando no se lo merece, es enterarse que una herencia nos han dado sin saber ni cómo viene. Resucitar con el corazón es despertar como niño lo viejo que se duerme, es pintar en un arco iris en cada gota mientras llueve, es saber que en el amor queda vencida toda muerte. Resucitar con el corazón es encontrar en el bosque ese claro donde el cielo pueda verse, es dar con la vida que en un pequeño seno empieza ya a moverse, es empaparse en un amor que por los poros entra y se nos mete. Resucitar con el corazón es ocuparse del vivir que entre el nacer y el morir nos pertenece. Es saber que en lo eterno por venir nuestra elección nos compromete, es tener la libertad de los que aman a los que nada les detiene. Resucitar con el corazón es cruzar con Cristo la puerta estrecha de su cruz en viernes, sabiendo que pasado el sábado su vida nueva, el domingo viene.

viernes, 11 de abril de 2014

Campaña de la Coalición Vida, la historia de San Salvador y el triunfo pro-vida



Por: Peter Baklinski 
Life Site News
Traducción: Liliana Cote de Bejarano 


En El Salvador, el país más pequeño de América Central, es totalmente ilegal que una madre aborte a su hijo. Sin embargo, la increíble historia de cómo un país con el nombre de "salvador " llegó para proteger constitucionalmente sus niños no nacidos desde la concepción - a pesar de la presión internacional masiva para lo contrario - sigue siendo prácticamente desconocida.

"Fue un milagro", dijo Julia Cardenal, presidente de Sí a la Vida San Salvador, a los asistentes a la conferencia nacional en favor de la vida de la Campaña de la Coalición Vida el pasado fin de semana en Toronto, Canadá.

La señora Cardenal relato a unos 200 asistentes a la conferencia, cómo los países subdesarrollados como El Salvador dependen de la ayuda extranjera para ayudar a mejorar el país. Pero ella dijo que este tipo de ayudas por lo general vienen atadas a  los “derechos reproductivos".

Ella recuerda lo que dijo un ministro del gabinete después de regresar de una reunión de la asistencia exterior en Europa: "Todas estas personas lo que quieren hacer es hablar sobre el aborto. "

" Si usted va a las conferencias internacionales de las Naciones Unidas, es increíble cómo en todo tratado quieren [poner] el aborto", dijo.

En 1998, un esfuerzo masivo a favor de la vida resultó en que El Salvador eliminara sus excepciones del Código Penal de 1973, el que permitía el aborto en determinados casos, entre ellos para salvar la vida de la madre, y en casos de violación y desordenes congénitos graves. El aborto ahora era ilegal, pero la victoria era tenue.

El movimiento pro-vida temía que los grupos de ayuda extranjeros tendrían demasiada facilidad para atraer al país a la firma en un tratado que reemplazara el código penal y efectivamente traer de vuelta el aborto. Ellos sabían que la única manera de garantizar la protección de los no nacidos era una enmienda constitucional que ningún tratado podría anular.

Cardenal y su grupo comenzaron una campaña nacional para una enmienda constitucional que " defender el derecho a la vida desde la concepción. "

Ellos fueron directamente con su mensaje. Visitaron escuelas. Ellos educaron las personas en todo el país "sobre el aborto y por qué es importante defender la vida desde la concepción."

Pasaron a la primera dificultad, cuando cerca de la mitad de los legisladores del país votó a favor de la enmienda. Pero para que la enmienda se consagrase en la Constitución, tuvo que ser ratificada por una mayoría de dos tercios en el próximo período parlamentario.

Pero luego fue llamada una elección y un número importante de legisladores pro-vida perdieron sus escaños a los socialistas. Los pro-vida sintieron que la enmienda estaba condenada.

"Pensamos que iba a ser imposible de conseguir, pero dijimos tenemos que tratar. Tenemos que hacer todo lo posible ", dijo Cardenal.

Los pro-vida inmediatamente redoblaron sus esfuerzos, pidiendo una campaña nacional de oración. La batalla espiritual alcanzo su apogeo durante los tres últimos días del periodo legislativo de ese año.

"Nos sentamos durante tres días dentro y fuera de la asamblea legislativa rezando el rosario. Nos devolvíamos [a los legisladores ] con agua bendita en nuestras manos a darle un golpecito en la espalda o saludarlos y decirles :”Hola ¿cómo estás"

Lo que sucedió después sorprendió a todos .

"Cuando llegó el momento de la votación, la primera que habló fue una mujer socialista, quien dijo:" Yo voy a dar mi voto como mujer y como médico para la enmienda constitucional."

"Después de eso, no hubo votación en contra de ella ", dijo el Cardenal entre aplausos.

"No podíamos creerlo. Fue un milagro”.

Al 3 de febrero de 1999, El Salvador comenzó a " reconocer como persona humana a todo ser humano desde el momento de la concepción . "

A pesar de una victoria tan decidida, el lobby internacional del aborto ha continuado los intentos de traer de nuevo el aborto, a pesar de que El Salvador cuenta con una tasa de mortalidad materna relativamente baja, dijo Cardenal.

En el año 2006, el New York Times produjo lo que los críticos denunciaron como una "pieza hit ' contra el movimiento pro-vida del país. La pieza destacó una historia de dolor de una mujer que fue reportada haber tenido un aborto ilegal cuando tenía 18 semanas de embarazo y fue condenada a treinta años de prisión.

Una investigación de Life Site News en el momento , sin embargo, encontró que la historia es completamente falsa ya que los documentos de la corte demuestran que la mujer era realmente culpable de infanticidio después de que ella estranguló a su bebé a término poco después del nacimiento . The New York Times se negó inicialmente a corregir la historia, pero más tarde se publicó una corrección después de que un investigador del  periódico los llamó.

En junio pasado, los expertos de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y los defensores del aborto intentaron usar el "caso difícil " de una mujer salvadoreña que sufría de lupus y que esperaba un bebé con una enfermedad mortal para cambiar la ley en contra del aborto . El caso de " Beatriz " fracasó cuando la madre luz a una niña a través de una cesárea de emergencia, que murió a las pocas horas por causas naturales. La madre por su parte avanzó hacia la recuperación.

Cardenal dijo que el grupo pro-vida de El Salvador tiene que estar constantemente en guardia contra la apertura de la puerta al aborto, incluso en lo más mínimo.

Ella dice que el trabajo duro y la oración ganaran al final. "Tenemos que hacer nuestro trabajo, pero nuestro trabajo se realiza a través de la oración, porque si no tenemos el Espíritu... no hay manera ", dijo.