lunes, 17 de diciembre de 2018

Fertilidad Fiel

Discerniendo razones justas y serias para posponer el embarazo 

Un extracto de Llamados a dar vida
por Jason T. Adams 


Intenciones y Motivación 


Los esposos están llamados a tener hijos, ya que los niños son el "bien supremo" de la vida conyugal (CIC 1664). Sin embargo, no hay ninguna obligación de tener tantos hijos como sea físicamente posible sin tener en cuenta las circunstancias. Más bien, la Iglesia enseña que la procreación se puede regular en ciertas condiciones: Por razones justificadas, los esposos pueden querer espaciar los nacimientos de sus hijos. En este caso, deben cerciorarse de que su deseo no nace del egoísmo, sino que es conforme a la justa generosidad de una paternidad responsable. Por otra parte, ordenarán su comportamiento según los criterios objetivos de la moralidad: (CIC 2368).

Han de ser considerados responsables aquellos que, por motivos graves [seriis causis ] y con el debido respeto a los preceptos morales, deciden no tener otro hijo, ya sea por un tiempo determinado o indefinidamente.

La Iglesia ofrece algunas pautas para determinar cuándo es moral tener hijos y cuándo es moral posponer o dejar de tener hijos. La decisión debe ser considerada a la luz de las virtudes cristianas de la auto-donación, la caridad y la prudencia. La donación de sí mismo y la caridad, que están tan estrechamente relacionadas siendo prácticamente sinónimos, demandan que la decisión de tener hijos considere, ante todo, el bien de los niños (existentes y futuros), es decir, una apreciación desinteresada del valor intrínseco de otro niño/a y su bienestar, así como la preocupación adecuada por los niños ya nacidos. La prudencia nos llama a tomar decisiones sabias y responsables en servicio de la caridad y guía a la caridad a su fin más fructífero.

No es prudente ni caritativo tener más hijos que los que una pareja puede cuidar razonablemente (teniendo en cuenta el apoyo disponible de la familia, los amigos, y la Iglesia). Karol Wojtyla (Juan Pablo II) enseña en su libro Amor y responsabilidad que el ejercicio prudente del don de la procreación es parte de la paternidad responsable: Sin embargo, hay circunstancias en las que esta disposición [de ser un padre responsable] sí exige la renuncia de la procreación, y cualquier nuevo aumento en el tamaño de la familia sería incompatible con el deber de los padres. Un hombre y una mujer movidos por una verdadera preocupación por el bien de su familia y un sentido mutuo de la responsabilidad por el nacimiento, el mantenimiento y la crianza de sus hijos, entonces limitará las relaciones sexuales y se abstendrá de ellas en los periodos en los que esto podría dar lugar a otro embarazo no deseado en las condiciones particulares de su vida matrimonial y familiar.2

Criterios Específicos 


Humanae Vitae enseña que hay cuatro factores que se deben sopesar con el fin de tomar una decisión prudente para procrear: físicos, psicológicos, económicos y sociales (HV 10).

La próxima semana continuamos con Factores físicos / psicológicos