Para celebrar el mes del respeto por la vida reproducimos la invitación a la oración y plegaria del Beato Juan
Pablo II. Ambas se encuentran en su Encíclica “El Evangelio
de la Vida”, ( Numero 100 y final del documento):
“Es urgente una gran oración por la vida, que abarque al mundo entero.
Que desde cada comunidad cristiana, desde cada grupo o asociación, desde
cada familia y desde el corazón de cada creyente, con iniciativas
extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica
apasionada a Dios, Creador y amante de la vida. Jesús mismo nos ha
mostrado con su ejemplo que la oración y el ayuno son las armas
principales y más eficaces contra las fuerzas del mal (cf. Mt 4, 1-11) y
ha enseñado a sus discípulos que algunos demonios sólo se expulsan de
este modo (cf. Mc 9, 29). Por tanto, tengamos la humildad y la valentía
de orar y ayunar para conseguir que la fuerza que viene de lo alto haga
caer los muros del engaño y de la mentira, que esconden a los ojos de
tantos hermanos y hermanas nuestros la naturaleza perversa de
comportamientos y de leyes hostiles a la vida, y abra sus corazones a
propósitos e intenciones inspirados en la civilización de la vida y del
amor”.
“Oh María, aurora del mundo nuevo, Madre de los vivientes, a Ti
confiamos la causa de la vida: mira, Madre, el número inmenso de niños a
quienes se impide nacer, de pobres a quienes se hace difícil vivir, de
hombres y mujeres víctimas de violencia inhumana, de ancianos y enfermos
muertos a causa de la indiferencia o de una presunta piedad. Haz que
quienes creen en tu Hijo sepan anunciar con firmeza y amor a los hombres
de nuestro tiempo el Evangelio de la vida. Alcánzales la gracia de
acogerlo como don siempre nuevo, la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda su existencia y la valentía de testimoniarlo con solícita
constancia, para construir, junto con todos los hombres de buena
voluntad, la civilización de la verdad y del amor, para alabanza y
gloria de Dios Creador y amante de la vida”.
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