En
un reciente seminario
internacional patrocinado por la sociedad científica británica,
expertos de diversos campos de investigación analizaron los riesgos para
la vida humana y la vida silvestre derivados de los productos farmacéuticos en
el medio ambiente.
Se ha determinado
que los productos farmacéuticos son potenciales contaminantes químicos del
medio ambiente. También se ha sugerido que los productos farmacéuticos
y sus productos de bio-transformación
están presentes en una gran variedad de
hábitats, algunos pueden acumularse
y pueden tener consecuencias
en la salud del ser humano, las poblaciones y los
ecosistemas.
Uno
de los productos farmacéuticos mas
estudiado y correlacionado con daños al medio ambiente es el etinil-estradiol. Se estima que más de 100 millones de mujeres
usan la píldora anticonceptiva. El ingrediente activo de la píldora es el
etinil-estradiol, el cual es excretado por la orina y va a las aguas
residuales y luego a los ríos, lagos y
lagunas.
Existen
estudios científicos que comprueban la feminización de los peces machos que viven en las cercanías a la planta de
tratamiento de aguas residuales (EDAR).
Se ha demostrado que estas aguas contienen la hormona etinil-estradiol, la cual causa la feminización
de los peces. Un estudio realizado en Canadá determino que al
introducir etinil-estradiol en una cantidad de 5 partes por trillon de en el
agua hizo colapsar toda la población de peces.
El
estradiol es un disruptor endocrino. Un disruptor endocrino es una sustancia
exógena o mezcla que altera la(s) función (es) del sistema endocrino y, por
consiguiente causa efectos adversos a la salud de un organismo intacto, o su
progenie, o ( sub) poblaciones.
Los
anticonceptivos hormonales se han asociado con alteraciones el sistema
reproductivo de los seres humanos y de animales. Se han asociado con un mayor
riesgo de eventos cardiovasculares , pérdida de la densidad ósea, disminución
de la función inmune y aumento del
riesgo de padecer el cáncer de seno.
Aunque por más de
40 años agencias ambientales tanto en Europa como en los Estados Unidos han
analizado los fármacos presentes en el agua, los gobiernos no han establecido los límites
tolerables para productos farmacéuticos como el etinil-estradiol. El etinil-estradiol se elimina del agua
potable por el tratamiento de aguas residuales, pero concentraciones muy bajas
persisten en el medio ambiente (a nivel de partes por trillón -nanogramos por
litro) y pueden causar disrupciones hormonales en los organismos acuáticos.
La comisión Europea
para el medio ambiente anunció su intención de regular el etinil-estradiol con
una directiva que puede requerir a los países
de la unión europea limitar el etinil-estradiol a 0.035 partes por trillon. Sin
embargo la industria farmacéutica y los gobiernos se oponen a esta clase de
regulaciones puesto que la instalación de las plantas de tratamiento del agua que
absorba el estradiol tiene un costo millonario.
Existe una
necesidad de proteger el ambiente de los efectos dañinos de fármacos como el
etinil estradiol. ¿Estamos listos para pagar el precio por un fármaco que no
sirve para tratar ninguna enfermedad?
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