Tomado de : Catholic.net
Autor: Jorge Nicolás Lafferriere | Fuente: Centro de Bioética, Persona y Familia
En las últimas semanas, han trascendido diversas noticias que dejan al
descubierto los innegables problemas que acarrea el alquiler de
vientres. Un niño rechazado por tener síndrome de Down, un japonés que
alquiló 10 "vientres", una conductora de TV que rechazó a su hijo por
temor a tener que asumir los costos de su crianza y una nota sobre el
boom del mercado de alquiler de vientre en China son algunos ejemplos
que ponen en evidencia una industria biotecnológica que cosifica al niño
y a la mujer.
1) El rechazo de un niño con Síndrome de Down: la
noticia más difundida corresponde a un matrimonio australiano que
"alquiló" el vientre de una mujer de muy baja condición económica en
Tailandia. La madre que dió a luz alega que ellos abandonaron a uno de
los bebés que nació porque tiene síndrome de Down y una grave afección
en el corazón. La pareja regresó a su país con la hermana gemela que no
tenía ese síndrome. El contrato se habría firmado por 10.000 euros.
Ahora hay una disputa para determinar qué fue lo que realmente sucedió.
2) Diez hijos por alquiler de vientre:
Un japonés habría realizado en los últimos dos años diez contratos de
alquiler de vientre en Tailandia, con diez madres contratadas como
vientres de alquiler. Según la agencia EFE, la Policía investiga si este
negocio de vientres de alquiler forma parte de una red de tráfico de
personas.
3) Rechaza al hijo tenido por alquiler de vientre para no pagar su crianza:
Una conocida conductora de televisión en Estados Unidos ha rechazado al
hijo nacido por alquiler de vientre, afirmando que su marido quiere
divorciarse de ella e iniciarle acciones para cobrar los costos de la
crianza del niño. El niño nacido no es hijo biológico de la conductora,
quien no quiere asumir la responsabilidad financiera de la maternidad.
Ellos pagaron el alquiler de vientre y ahora la conductora quiere que un
juez determine que el niño nacido no es su hijo.
4) El boom del mercado del alquiler de vientres en China:
una nota de Ian Johnson y Cao Li en el New York Times del 2 de agosto
de 2014 da cuenta del surgimiento de un mercado ilegal de subrogación
(alquiler de vientres) en China, potenciado por crecientes problemas de
infertilidad, la flexibilización de la política del hijo único y un
imperativo cultural de tener hijos. Por u$s 240.000 se ofrecen hijos con
el propio ADN, el sexo a elección y nacido de una mujer que vive
cuidada pero cautiva en el área rural. Según expertos citados en la nota
estarían naciendo más de 10.000 niños por año.
Este mercado vincula parejas desesperadas por un hijo, con mujeres
pobres desesperadas por dinero en un turbio mundo de intermediarios en
línea, con clínicas privadas y costosos viajes al países extranjeros.
Estas
noticias dejan en evidencia las dañinas consecuencias de la
mercantilización de la transmisión de la vida que rodea a la industria
de las tecnologías reproductivas y el alquiler de vientres. Mujeres
pobres explotadas, niños abandonados por su discapacidad, padres que no
quieren hacerse cargo de la crianza, búsqueda eugenésica de una
descendencia perfecta, sospechas de trata de personas y la degradación
de la vida humana considerada como mera mercancía. Un liberalismo
radical asociado a la retirada del Estado de su deber de cuidar la vida,
genera las condiciones para que se expanda este conjunto de injusticias
que claman una respuesta integral y de fondo en resguardo de la
inviolabilidad
y la dignidad en la transmisión de la vida humana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario