SANTIAGO, Chile, 08 de septiembre del 2015 (LifeSiteNews)
Las impresionantes imágenes de estas manifestaciones resaltan el fuerte rechazo de la mayoría del país a los esfuerzos del gobierno para legalizar el aborto.
La nación sudamericana, que ha visto una gran caída en sus tasas de mortalidad materna después de la prohibición de todo aborto, es el último campo de batalla por el derecho a la vida en el continente. Esto se debe a que Chile tiene una de las presidentes más pro-aborto en el mundo, la socialista Michelle Bachelet, que ha luchado durante mucho tiempo para legalizar el asesinato de niños no nacidos.
El movimiento "mujeres de blanco" está compuesto por una amplia coalición de organizaciones de la sociedad civil a favor de la vida y ha tenido un éxito notable en la comunicación de la naturaleza pura y pacífica de la lucha para proteger el derecho a la vida.
En una clara alusión a la orientación específica de la ley para el aborto de los niños concebidos como resultado de una violación, María Paz Vial, quien es portavoz de las mujeres de blanco dijo a la cadena de televisión chilena 24 que la Presidenta Bachelet debe preguntarse si le gustaría ser juzgada por el crímenes de sus padres, o si le gustaría que sus hijos sean juzgados por propios sus crímenes.
En el año 2006, durante su primer mandato como presidente de Chile, Michelle Bachelet intentó legalizar y subsidiar la píldora del día después que es una píldora abortiva, ley que fue anulada por el Tribunal Constitucional en el año 2008.
El sábado por la mañana, miles de manifestantes alrededor de todo el país marcharon en solidaridad, llevando cajas de zapatos pintados en blanco con cruces negras que representan a los ataúdes de niños asesinados por el aborto.
A pesar del éxito la campaña de las mujeres de blanco, muchos activistas pro-vida esperan que Chile legalice el aborto pronto en el período presidencial de Bachelet, porque ella ha declarado sus intenciones con claridad y tiene las dos cámaras del Congreso bajo control de su partido de coalición de izquierda.
Sin embargo, la combinación de la resistencia popular y el estallido providencial de un escándalo de corrupción grave, en el que el hijo de la presidente ha sido acusado de tráfico de influencia de su madre para obtener préstamos grandes, parecía retrasar la marcha de Bachelet para la legalización del aborto.
Pero este retraso no era permanente. Si bien la ley para legalizar el aborto está todavía técnicamente en debate en la Cámara Baja del Congreso chileno, el tiempo es corto para el movimiento pro-vida en Chile, ya que se espera que sea sometida a votación y aprobada por el partido coalición de izquierda de la presidente hoy.
El Arzobispo de Concepción, Monseñor. Chimoli, declaró recientemente que "los que promueven la legislación están haciendo caso omiso de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que reconoce que todos los individuos tienen el derecho a la vida", y que "todos los seres humanos de todo el mundo tiene derecho a tener su personalidad reconocida." Llegó a la conclusión de que debido a que la Constitución chilena protege explícitamente el derecho a la vida del niño no nacido "la ley del aborto es inconstitucional".
En junio, el papa Francisco dio la bienvenida a Michelle Bachelet en el Vaticano, y se informó que el discutió la ley del aborto con la presidente chilena. En esa ocasión las mujeres de blanco pusieron de relieve la retórica de los derechos humanos a la Presidenta Bachelet con la celebración de una vigilia silenciosa fuera de la reunión.
Independientemente del resultado del voto de hoy, políticos y miembros de la comunidad pro-vida han indicado que van a tratar de anular la ley en los tribunales.
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