miércoles, 31 de julio de 2013

UNIONES DEL MISMO SEXO: UNA SÚPLICA A LA LÓGICA




Autor: Virgil Gelormino


¿Tiene la actividad sexual de las parejas del mismo sexo por objeto, Lo Bueno?
   Definición de Bueno: Según el filósofo de renombre, Tomás de Aquino, Lo Bueno es lo que es perfecto de nuestra naturaleza.

Un acto es bueno cuando este alcanza el fin que le es propio, el fin que está de acuerdo con su naturaleza, la cual es su fruto.
Por ejemplo el fin de la vista, su bueno, es conocer lo visible, el fin del oído, su bueno, percibir el sonido,
así, el fin o el objeto del acto sexual, su bueno, es engendrar la nueva vida.

El placer que acompaña a la actividad sexual es un medio, y como tal, facilita la procreación de una nueva vida.
    Hay, sin embargo, un doble aspecto de la actividad sexualEl primero, la procreación, engendrar la nueva vida; el segundo, el unitivo, es la profundización de la intimidad entre marido y mujer, que se logra a través del placer sexual. Por lo tanto, el placer sexual sirve tanto como medio como fin: como un medio, para procrear una nueva vida, y como un fin, para profundizar la intimidad entre marido y mujer.

Como fin, en la profundización de la unidad, el acto sexual debe estar siempre orientado a la nueva vida; de lo contrario seria un grave desorden, destructivo de lo bueno del fruto de la actividad sexual. La planificación familiar natural, es algo bueno porque permite la apertura a la nueva vida  en cada ciclo de fertilidad de una mujer.

La perfección o lo bueno de la actividad sexual, la vida nueva, sólo puede obtenerse a través de sexos complementarios, un hombre y una mujer en un matrimonio debidamente constituido.
Una acción es buena
cuando es buena en todo aspecto;  está mal cuando está mal en cualquier aspecto. Así, las parejas que cohabitan en uniones no debidamente constituidas, estarían involucradas en algo gravemente malo, seriamente desordenado.
 
La actividad del mismo sexo no produce la nueva vida. Por lo tanto, las uniones del mismo sexo, careciendo de lo que perfecciona la actividad sexual, su fruto, la procreación de la nueva vida, son un  trastorno grave o una perversión. Dos del mismo sexo, trat
ándose uno con el otro como objetos se hallarían bajo la definición de Santo Tomás de la lujuria: "La lujuria es un deseo desordenado del placer sexual.  El placer sexual es moralmente desordenado cuando es buscado por sí mismo, separado de su finalidad pro-creativa y unitiva ".
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La unión de las dos palabras, “mismo sexo" y la palabra "matrimonio", como si estuvieran unidos por naturaleza en una sola realidad armoniosa es una afirmación precipitadamente no probada, un uso engañoso del lenguaje, cuando en realidad, son dos realidades diametralmente opuestas, una violación de uno de los más elementales principios de La Lógica: El principio de no contradicción: "Una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo con respecto a la misma cosa."

¿Dónde está la prueba de los defensores del llamado "Matrimonio del Mismo Sexo? ¿No están procediendo subjetivamente, decir que algo es cierto, que algo es bueno, simplemente porque se desea o les gusta?

El filósofo Avicena: (980-1037) hábilmente muestra la locura de negar la ley de la
no-contradicción: "Cualquiera que niega la ley de no contradicción debe ser golpeado y quemado hasta que  admita que ser golpeado no es lo mismo que no ser golpeado y ser quemado no es lo mismo que no ser quemado."



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