miércoles, 25 de marzo de 2015

La salvación comienza en el vientre: honrado la Anunciación


Articulo original :HLI.org

Traduccion: Liliana Cote de Bejarano




25 de marzo 2015 (HLI.org) - El Arcángel Gabriel fue enviado por Dios para dar la alegre noticia de que María estaba por concebir un hijo, por el poder del Espíritu Santo, para ser el gobernante del reino eterno. (Lucas 1:33) El comienzo de la vida humana de la segunda Persona de la Santísima Trinidad se llevó a cabo en el seno de la Santísima Virgen María, de quien el niño hereda la plenitud de la naturaleza humana.

Si bien a menudo en la Biblia vemos la concepción y el nacimiento de los grandes hombres rodeados de acontecimientos extraordinarios, la concepción del Redentor es el mayor de este tipo de milagros, ya que Jesús fue concebido sin un padre humano.

La solemnidad de la Anunciación el 25 de marzo celebra el misterio de la Encarnación, que tiene lugar nueve meses antes de la celebración del nacimiento de Nuestro Señor en el día de Navidad.

San Atanasio de Alejandría, el heroico defensor de la divinidad de Cristo proclama de este día:

Hoy es el comienzo de nuestra salvación,
Y la revelación del misterio eterno!
El Hijo de Dios se convierte en el Hijo de la Virgen
Como Gabriel anuncia la venida de la Gracia.
Junto con él vamos a decir a la Madre de Dios:
"Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo."


Tradicionalmente, el arte cristiano ha representado que la Virgen está en oración cuando el Arcángel llegó. Con esto ella establece un ejemplo para nosotros de estar abiertos a la voluntad de Dios y buscar su voluntad en la oración. Debido a su inteligencia superior no comprometida por los efectos del pecado original debilitante, la Virgen entendió que ella sería la madre del Mesías esperado.

Pero, ¿por qué habría ser ella la elegida entre las mujeres para la espléndida dignidad de ser la madre del Mesías, después de haber prometido a Dios su virginidad? De allí  no dudando de la palabra de Dios como Zacharias, pero llena de temor y asombro, respondió: "¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón" El ángel quitó la ansiedad de María y le aseguró que su virginidad se salvaría: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra." Confiando en la omnipotencia de Dios se manifestó con total confianza: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. "

Muchos de los Padres de la Iglesia dicen que nuestra salvación depende de este consentimiento. Santo Tomás de Aquino explica:

 Fue la voluntad de Dios que la redención de la humanidad dependiera del consentimiento de la Virgen María. Debido a que el Señor está siempre dispuesto a utilizar la cooperación de las personas humanas en sus planes de salvación. Este consentimiento fue previsto desde toda la eternidad, y por lo tanto fue recibido como esencial en el diseño de Dios. (Summa III: XXX)

Con el consentimiento de María, Jesús comienza su vida en la tierra, y la fiesta de hoy nos recuerda de los nueve meses que pasó Jesús en su vientre. De este modo, la Anunciación ofrece un valioso punto de partida para defender la vida de los bebés por nacer. En muchos países el 25 de marzo, también se celebra como la fiesta del niño por nacer, en especial en América Latina. En esta fecha oramos y pedimos al Señor que proteja a los no nacidos de los riesgos del aborto en todas sus diferentes formas, incluso aquellos que ocurren a través de medios químicos, métodos artificiales de concepción y todas las demás acciones u omisiones que pudieran amenazar la vida del niño en el útero.

Hoy, cuando millones de bebés no nacidos son asesinados por el aborto, esta fiesta nos permite meditar sobre este hecho más básico: La vida comienza en la concepción. La vida debe ser defendida desde ese mismo momento. Es nuestro deber de defender la vida contra una ideología materialista y hedonista que reduce el niño en el vientre a una cosa material sin ningún derecho. Debemos defender la vida contra la ideología que utiliza la ingeniería verbal para justificar la muerte de estos niños en el vientre.

La mejor manera de promover la cultura de la vida es a través de la oración y la acción pública, para evangelizar y educar a la sociedad de que el feto tiene los mismos derechos que todos los seres humanos ya nacidos. Tenemos que explicar claramente que la vida humana viene de Dios y que El nos creó a su imagen y semejanza. En nuestras presentaciones debemos tratar de demostrar que todas las sociedades políticas tienen el deber y el derecho de proteger, de manera integral, el niño no nacido.

La protección de la vida humana y su dignidad infinita son los deberes más primarios de la sociedad política. La sociedad debe defender la vida por sus leyes desde su inicio en la concepción hasta su fin con la muerte natural. El niño por nacer no sólo tiene el derecho de vivir, sino también mejorar y crecer en un ambiente saludable dentro de una familia estable formada por un hombre y una mujer. Ellos, a su vez, se deben comprometer en un matrimonio permanente y fiel. La familia debe ser protegida por un orden social justo basado en la ley de Cristo.

En esta hermosa fiesta, por la intercesión de la Sagrada Familia de Nazaret, le pedimos al Señor la gracia, ante todo, de expresar nuestra gratitud a Nuestro Señor por su encarnación que fue el amanecer de nuestra salvación, y a la Virgen por su consentimiento para ser la madre de Dios. Con este entendimiento, debemos ser capaces de promover siempre y en todas partes de manera integral los derechos del niño por nacer.

 

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