martes, 20 de octubre de 2015

Arzobispo de Filadelfia: La pornografía es una pandemia que destruye a la familia

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ROMA, 19 Oct. 15 / 01:09 pm (ACI).- El Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, explicó las razones por las que la pornografía daña enormemente a la familia y alertó sobre el hecho que se ha convertido en una verdadera “pandemia” que destruye matrimonios y hogares.

“La pornografía degrada lo mejor del espíritu masculino. Convierte a los hombres en adictos a una especie de comida chatarra barata cuando las mujeres verdaderas, con mentes y corazones reales, creencias y esperanzas, son bastante más interesantes. La felicidad se construye a partir de la realidad, con sus problemas y alegrías, no sobre ilusiones. La pornografía no es sino mera ilusión”.

En el marco del Sínodo de los Obispos sobre la Familia que se realiza en el Vaticano, el Arzobispo Chaput concedió una entrevista a CNA en la que explicó que “la pornografía daña gravemente a las familias porque aísla a sus miembros creando obsesiones sexuales privadas, lo que destruye la intimidad entre los esposos con nociones de sexo ‘perfecto’ que no tienen nada que ver con los seres humanos reales”.

El Prelado, que también fue anfitrión del octavo Encuentro Mundial de las Familias que se realizó en Filadelfia a finales de septiembre, precisó que la pornografía “es un terrible engaño que roba la riqueza de la amistad sexual duradera y plena entre el esposo y la esposa; y la sustituye con algo podrido que nunca podrá alimentar verdaderamente el corazón humano”.

“La pornografía siempre ha sido un problema (…) El sexo es poderoso y fascinante y la gente siempre ha abusado de eso y además las tecnologías modernas hacen mucho más fácil acceder a ella y han logrado difundirla vastamente”.

Mons. Chaput alertó además que la pornografía “es una epidemia, o más precisamente una pandemia. Cualquiera con conexión a internet en cualquier lugar del mundo puede encontrar todo el porno que quiera. (…) La pornografía solía ser un problema claramente masculino, pero ahora muchas mujeres también acceden a ella”.

Los hombres cristianos, continuó, “necesitan tener algo de caballerosidad en sus corazones. El mundo se burla de la pureza, pero un corazón y una mente limpios son la base del coraje de un hombre. Y los hombres que quieren ser lo que Dios quiere que sean necesitan coraje porque su trabajo es proveer, proteger, enseñar con el ejemplo y liderar anteponiendo a los demás a sí mismos. La pornografía va matando todo eso”.

“Por cierto –dijo el Prelado a CNA– la pornografía también daña a la gran familia de la Iglesia. El número de miembros del clero católico que lucha con este problema es inquietante y no tiene nada que ver con el celibato. Los ministros protestantes casados y los rabinos judíos tienen la misma problemática”.

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